http://www.publico.es/espana/417425/el-dia-en-que-la-policia-de-fraga-disparo-contra-una-asamblea
El día en que la policía de Fraga disparó contra una asamblea
Las víctimas de la actuación policial del 3 de marzo de 1976 aún no han logrado juzgar a los responsables
Andoni Txasko, entonces un veinteañero que trabajaba de mecánico ajustador, recuerda los hechos como si hubieran ocurrido ayer. Era marzo de 1976 y Vitoria llevaba dos meses de huelgas.La patronal había prohibido que se siguieran celebrando asambleas en los centros de trabajo y entonces los obreros llamaron a la puerta de las iglesias. Los curas de barrio les recibieron con los brazos abiertos. Entre misa y misa, los bancos de las iglesias se echaban a un lado para que los trabajadores pudieran celebrar sus reuniones.
El 3 de marzo paró un gran número de empresas. Los agricultores, que habían estado apoyando con productos del campo a los huelguistas, se unieron a la movilización, junto a los estudiantes y algunos comerciantes. Aquella mañana, en la que se produjeron los primeros heridos de bala, fue premonitoria. Algunas iglesias fueron asaltadas por la policía, con armamento, violando el concordato que sólo permitía irrumpir en ellas en casos de extrema necesidad. Andoni tuvo que refugiarse en una de ellas.
Una vez llena la iglesia, la policía formó un cordón alrededor, y un cura se acercó con ánimo de parlamentar. "Aquí no está sucediendo nada excepcional, la gente está reunida tranquilamente", dijo el sacerdote a los agentes. "No van a salir", añadió. A las 17:00 horas comenzó una asamblea general en la iglesia de San Francisca, en la que los huelguistas se disponían a hacer una valoración de la jornada. La policía permitió que el lugar se llenase de trabajadores, quienes rebosaron el edificio, lo que obligó a muchos a quedarse fuera.
Entonces, la policía rompió las ventanas de la iglesia y comenzó a lanzar al interior varios botes de humo, lo que obligó a los congregados a salir, presas del pánico.
En ese momento, la policía abrió fuego contra los manifestantes y dejó un saldo dramático: tres muertos, decenas de heridos de bala, de los cuales dos de ellos acabarían falleciendo a causa de las heridas a lo largo del mes siguiente. Otras 68 personas recibieron heridas de diversa consideración. Andoni Txasko, aquella jornada, tuvo suerte, pero al día siguiente un grupo de agentes le golpeó en la cabeza hasta quitarle el 50% de la visión en uno de sus ojos (consulta aquí la resolución del Parlamento Vasco en la que Andoni Txasko relata los hechos)
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Txasko está convencido que, aunque Manuel Fraga, entonces ministro de Gobernación —equivalente al actual ministro de Interior— en aquellos momentos se encontraba en Alemania, mantuvo una "comunicación constante y directa con el gobierno civil de Álava".
"Esa acción no se le ocurrió al capitán Quintana, que es el que mandaba la tropa, porque aquella encerrona, con disparos reales y provocando una matanza no pudo ser fruto de un calentón"
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